Inmersos en una Babel retórica, los maestros colombianos nos encontramos a un mismo tiempo confundidos y expectantes, pues es tanta la información que hoy circula por nuestros espacios que muchas veces no sabemos si el camino que se nos señala es mejor que el anterior, y pensamos si no resultará más útil hacerle el quite para no enredarnos más en esta delirante maraña de conceptos, técnicas, razones, sinrazones de lo que debemos hacer o no con los estudiantes en la escuela.