El aprendizaje en los niños está mediado por su cotidianidad (familia, amigos, medios de comunicación, y la vida escolar), es decir, existe una constante interacción entre el conocimiento común y el científico en donde este último es sometido a prueba por medio de la experimentación, bien sea en el aula como en otros espacios académicos, los cuales permiten el desarrollo del crecimiento de la cultura.