He aquí otra materialización de la labor docente interesada por incentivar la producción escrita; de esa labor interesada por difundir y hacer reconocimiento de los “pupilos” a su cargo. Pupilos quienes consignaron sus experiencias y visiones del cotidiano; del cotidiano social en cuentos de calle. En amores, decepciones, ansiedades, tristezas y alegrías, en poemas. Las formas de suspenso y miedo, al estilo de nuestras niñas y niños, en narraciones para no dormir encontraron su espacio también.